DE INDENTIDADES Y ALTERIDADES

Una de las cosas interesantes de los seres humanos es que se esfuerzan por comprenderse a sí mismos y su propia conducta, pero el conocimiento individual puede empezar cuando nos damos cuenta que la mayoría de nuestros actos individuales han sido trazados por el grupo social.
A la problemática de identificarse se suma el concepto de “diferenciarse”. El hombre se pregunta el “por qué” de las acciones de otros hombres. Es así como de lo individual a lo grupal: los pueblos se preguntan y se cuestionan el “modus” de los hábitos de otros pueblos y culturas. A la insistente pregunta la respuesta más lógica es la que nos puede ofrecer “el concepto de Cultura” – porque Cultura significa (en su sentido más amplio) la manera total de vivir de un pueblo y el legado social que el individuo recibe del grupo. La Cultura es la manera de pensar, de sentir y de creer.
A esta necesidad humana de conocer otras culturas para poder diferenciarse y conocerse a sí mismos se da el hecho de poder viajar y palpar otras realidades. Convengamos que un hombre no viaja a otras tierras solo a ver hermosos paisajes y bellas puestas de sol, no solo viaja para recrearse o divertirse. También viaja para conocer otras realidades a la suya y comprender, si es posible, el por y para qué de estas realidades.
A las identidades se le oponen sanamente las alteridades y que las dos son en definitiva construcciones intelectuales que se confirman y afirman una con la otra de forma lógica y racional, un ejemplo claro sería cuando “al sentirme identificado con una comunidad claramente puedo diferenciarme de otra…”

Es así como el viajar te enseñará, pero en cierto sentido todos los caminos te conducen a tu propia cultura.

José de Guardia de Ponté

 
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No se puede querer lo que no se conoce y no se pueede defender lo que no se quiere